Salimos de Granada y llegamos a Córdoba con curitas en los pies, y una muñequera en común. Hemos caminado España, y España deja marcas. Cansados pero felices de haber albergado tantos recuerdos en nuestras mentes.
45º de calor nos esperaban en Córdoba, una ciudad con poco para ver. Supongo que se apreciaría mejor en otra época del año, sin duda se hace por la noche. Poco para ver pero consistente, histórica y con un espacio reducido pero sólo físicamente, ya que la imaginación puede volar al instante.
Lo más memorable de esta ciudad es sin duda La mezquita / catedral. Un lugar que ha sufrido transformaciones religiosas durante muchísimos años, y con esto, cambios físicos de todos los tipos. Hoy, y tras excavaciones arqueológicas, características de la arquitectura cristiana y musulmana viven bajo un mismo techo (el techo de los 8 euros!!), mostrando después de tantos años, una catedral, con forma de mezquita.
Pero no se puede negar que el caminar por estas pequeñas calles, rodeadas de flores y con un sinfín de connotaciones históricas, da mucho placer a la vista (de los turistas), y a la cabeza.
Y ahorrando llegamos aquí... hoy no estoy como antes.. ya se cuál va a ser mi próximo paso, pero no viene al caso.
Nimuy.
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