La palabra común no es utilizada muy seguido en mi profesión. Nada puede ser común cuando se trata de dar procesos únicos e irrepetibles a cada niño.
Pero, ¿la vida no es mucho más que la profesión? ¿quién te hace sentir eso? ¿quién se encarga de darle un aspecto más global a la vida? ¿No es la elección de una profesión una reducción de nuestras habilidades como seres humanos? Me pasa que a veces confundo y pienso que lo único que se hacer es dedicarme a la educación inicial. Pero no podemos reducir la vida. ¡Cuántas posibilidades se nos perderían!
Alguien me toma de los hombros y me va guiando para descubrir que además de mis brazos puedo mover mis piernas, que además de negros, hay blancos y grises, y que en cada uno de nosotros... está Dios.
Entonces sí me hago común con este alguien. O con estOS alguien. Porque a todos se nos ha dado dones para desarrollarlos, pero a todos todos todos se nos ha dado la vida para vivirla, para disfrutarla y para expandirla.
Y por esta posibilidad tan grande y maravillosa es que debemos cuidarla. Y debemos encontrar a otros que nos ayuden a cuidarla. Y que nos ayuden a entenderla de la manera más parecida a aquel que nos la regaló.
Por eso estoy en unidad con otros. Para compartir mi vida, y que otros compartan la suya consigo. Y así podremos ir agradeciendo cada vez más por las posibilidades infinitas que nos ha dado Dios.